Aunque todas las parejas comienzan con una fuerte atracción física y por tanto con gran actividad sexual, lo cierto es que muchas causas van haciendo mella y las ganas de tener sexo van disminuyendo. Lo malo es cuando desciende bruscamente el deseo sexual en un miembro de la pareja y no en el otro.

Hoy queremos explicaros las causas por lo que esto puede sucede porque si esto esta ocurriendo con tu compañero/a, aún estás a tiempo de descubrir el porque y poner solución antes de entrar en una crisis que ponga en peligro vuestra pareja.

Causas por las que disminuyen las ganas de mantener relaciones sexuales

Muchas son las razones por las que podemos ver reducido el apetito sexual nuestro o de nuestro chico/a. Desde causas físicas a psicológicas, pasando por otras que tienen que ver con la rutina o el paso del tiempo. Sigue leyendo nuestro artículo y descúbrelas.

No está satisfecho con la relación

Al comienzo de un relación siempre nuestra pareja nos hace sentir especial y que por este motivo quiere vivir su vida con nosotros. Pero conforme pasan las semanas, los meses o los años, los cuidados y las palabras bonitas comienzan a desaparecer. A veces la insatisfacción llega por otros motivos…falta de respeto, falta de comunicación, falta de un proyecto común.

Lo cierto es que si no lo habláis y lo intentáis solucionar, no seréis capaces de avanzar o salir de esta fase. Averiguarlo será el primer paso.

Caucasian couple arguing on sofa

Se ha perdido el contacto físico

Como consecuencia de la insatisfacción o de otros motivos, la atracción física y la pasión se va enfriando y por ello desciende el contacto físico. Cada vez es menos frecuente y se pasa menos tiempo besando, acariciando o abrazando.

Y si el contacto físico se acaba reduciendo tan solo a los momentos de sexo y a los preliminares, es fácil que la otra persona en lugar de sentirse querida se comience a sentir utilizada. Así que cuida a tu pareja con caricias o besos y crear momentos íntimos a lo largo del día para que la magia vuelva a vuestra relación. Estos instantes tan dulces harán que os volváis a sentir deseados y cuidados.

Rutinas

Las rutinas tienen un lado positivo y es que nos ayudan a organizar y aprovechar nuestro tiempo con el menor esfuerzo, pero si metemos nuestra vida sexual en también en las rutinas de nuestra vida, acabará convirtiéndose en monótono ya que perderá su lado más salvaje y excitante.

Por tanto evitar que el sexo se limite a esos días o horas establecidas y permitiros recuperar la frescura de los primeros meses. Un nuevo lugar de la casa, incluso en el garaje o en el ascensor, son buenos sitios donde dejar que salte la chispa. También podéis recuperar posturas olvidadas o descubrir nuevas posiciones sexuales del Kamasutra. La novedad siempre es un un gran aliciente para los encuentros íntimos.

Cansancio físico

Los aspectos físicos también son a tener en cuenta ya que nos afectan hasta tal punto que nos pueden hacer que nuestro deseo sexual se vea muy debilitado. Trabajo físico extenuante, muchas horas de trabajo y un largo etcétera nos afectan claramente. Por ello muchas veces las relaciones sexuales se reducen a los fines de semana, ya que al dormir más y estar menos estresados tenemos más energía y vitalidad para una buena relación sexual.

Si es vuestro caso, os aconsejamos que además sincronices tu agenda del sábado y el domingo con la de vuestra chica o chico, pues muchas veces los eventos sociales nos dejan a penas sin tiempo para intimar con nuestra pareja.

Ha disminuido la química

Los primeros meses o incluso años de una relación de pareja es una explosión de hormonas y neurotransmisores, por ello sentimos mariposas en el estómago y nos encontramos en las nubes cuando estamos con la persona amada. Pero lo cierto es que nuestro organismo no puede tener estos niveles por mucho tiempo, por ello con el paso del tiempo la química de nuestro cerebro comienza a recuperar sus niveles normales. Testosterona, vasopresina, oxitocina, serotonina, entre otras sustancias…comienzan a descender y con ello nuestro nivel de pasión.

Aunque la química mengue podemos fortalecer los vínculo con nuestra pareja, apoyándonos en nuestros hobbies/proyectos profesionales o planificando nuestra vida en común.


Razones física o preocupaciones diarias

Otro aspecto físico a tener en cuenta que puede estar interfiriendo en tu deseo sexual es cierta medicación. Y es que si nuestro deseo sexual se basa en nuestra química interna, ¿qué pasará cuando ciertos fármacos nos la alteran? Pues si efectivamente no es algo que ocurra habitualmente, pero si veis que desde que tomáis algún medicamento a disminuido vuestro libido, poneros en contacto con un médico.

También pueden existir alteraciones hormonales de forma natural, como ocurren durante la menopausia o tras el parto. En ese caso una visita al ginecólogo será imprescindible para recuperar los niveles normales.

En cuanto a la dimensión psicológica, las preocupaciones familiares, económicas o laborales son problemas cotidianos con los que tenemos que enfrentarnos todos los días. A veces simplemente con un poco de tiempo y algo de nuestra parte estas complicaciones se arreglan pero otras veces se cronifican y si no somos capaces de evitar que nos afecten en nuestra vida, se debe acudir a la ayuda de expertos, como son los psicólogos.

Debilitamiento del vínculo emocional

Todos estos factores y causas nos van debilitando como pareja y hacen que el vínculo emocional se vaya perdiendo. Por tanto debemos trabajar en controlar los problemas externos y esforzándonos por cuidar a nuestra pareja, retomando la ilusión y el contacto físico. No podemos permitir que los obstáculos que vamos encontrando nos alejen sentimentalmente de nuestro chico o chica. Y es que si fortalecemos nuestros lazos encontraréis un potente afrodisíaco que reactivará vuestra vida sexual.

Así que si has percibido que tu vida en pareja esta pasando por este bache, hablarlo tranquilamente y estudiar las causas que estas produciendo este distanciamiento. Pensar que la comunicación, así como las ganas de jugar y divertiros entre vosotros son unas grandes herramientas para solucionar esta situación. Y si a pesar del empeño notáis que las circunstancias no mejoran visitar a un sexólogo o terapeuta de pareja.

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